Boda reyes catolicos

Corona de Aragón

El Rey Juan Carlos de España, cuyo título era entonces el de Príncipe de Asturias, se casó con la Princesa Sofía de Grecia el 14 de mayo de 1962, en una ceremonia católica romana en la Catedral de San Dionisio de Atenas, Grecia, y luego en una ceremonia ortodoxa griega en la Catedral Ortodoxa Metropolitana de la Virgen María también en Atenas.

Juan Carlos nació en Roma, Italia, el 5 de enero de 1938, hijo mayor del Infante Juan, Conde de Barcelona y de su prima segunda, María de las Mercedes de Borbón-Dos Sicilias. El Conde de Barcelona era considerado heredero del extinto trono español en el momento del nacimiento de su hijo. Nacido un mes antes de tiempo, la madre de Juan Carlos había estado en el cine y su padre cazando cuando comenzó el parto.

Juan Carlos se unió a su hermana Pilar, que entonces tenía 2 años, en la guardería. La segunda hermana de Juan Carlos, Margarita, le siguió en 1939, junto con su hermano Alfonso en 1941. Aunque fue bautizado como Juan Alfonso Carlos en honor a su padre y a sus abuelos, era conocido entre su familia como “Juanito”, la versión diminutiva de Juan. Como la mayoría de los españoles, Juan Carlos fue educado como católico romano.

Descubrimiento de América

Los Reyes Católicos[a][b] fueron la Reina Isabel I de Castilla[1] y el Rey Fernando II de Aragón, cuyo matrimonio y gobierno conjunto marcó la unificación de facto de España[2] Ambos eran de la Casa de Trastámara y eran primos segundos, pues ambos descendían de Juan I de Castilla; para eliminar el obstáculo que esta consanguinidad hubiera supuesto para su matrimonio según el derecho canónico, recibieron una dispensa papal de Sixto IV. Se casaron el 19 de octubre de 1469 en la ciudad de Valladolid; Isabel tenía dieciocho años y Fernando un año menos. La mayoría de los estudiosos aceptan que la unificación de España se remonta esencialmente al matrimonio de Fernando e Isabel.

España se formó como una unión dinástica de dos coronas y no como un estado unitario, ya que Castilla y Aragón permanecieron como reinos separados hasta los decretos de Nueva Planta de 1707-16. La corte de Fernando e Isabel estaba en constante movimiento, con el fin de reforzar el apoyo local a la corona por parte de los señores feudales locales. El título de “Reyes Católicos” fue otorgado oficialmente a Fernando e Isabel por el Papa Alejandro VI en 1494,[3] en reconocimiento a su defensa de la fe católica en sus reinos.

Reyes Católicos de España

total (superficie pintada original): 137,1 x 92,7 cm (54 x 36 1/2 in.)total (con añadido en la parte inferior): 153,1 x 92,7 cm (60 1/4 x 36 1/2 in.)total (con franjas de borde añadidas): 155,7 x 95,8 cm (61 5/16 x 37 11/16 in.)

Cristo aparece aquí en la escena de su primer milagro: la transformación del agua en vino. Está de pie en la mesa del banquete de una boda, con la mano derecha levantada en un gesto de bendición, mientras un sirviente, señalando las jarras de arcilla en el suelo como para explicar lo que acaba de ocurrir, ofrece a la pareja de novios una copa del líquido transformado.

El hecho de que el artista haya absorbido las tradiciones de la pintura flamenca del siglo XV es evidente en su dominio de la técnica del óleo y en su meticulosa representación de la textura y el detalle. A estos elementos se suman otros puramente españoles, como los rostros solemnes con bocas gachas y los trajes reconocidamente españoles.

El nombre del artista, no identificado, procede de su obra principal, El retablo de los Reyes Católicos, de la que forma parte esta tabla. Entre los dispositivos heráldicos son visibles las insignias de las provincias unidas por el matrimonio de Fernando e Isabel. La presencia adicional del escudo del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico implica que Las Bodas de Caná también aluden a dos bodas contemporáneas importantes en la historia de Europa: la de la hija de Fernando e Isabel, Juana, en 1496, con Felipe el Hermoso, hijo del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Maximiliano I de Austria, y la de su hijo Juan, en 1497, con la hija del emperador del Sacro Imperio Germánico, Margarita de Austria.

La esclavitud de Colón

InicioHistoriasFerdinando e Isabel: El matrimonio que unificó EspañaFerdinando e Isabel: El matrimonio que unificó EspañaEl Reino de España tiene su origen en el matrimonio de Fernando e Isabel en 1469. Su unión, y su gobierno, desencadenaron una guerra que forjó el mundo moderno.31 de mayo de 2022 – Por Charles J. Lockett, Máster en Política, Licenciado en Historia y Política

El matrimonio de Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla es una de las piezas de teatro político más magistrales de la historia. No fue ni mucho menos una historia de amor: aunque, según todos los indicios, Fernando e Isabel eran una pareja cordial y posiblemente incluso feliz, su unión fue la acumulación de cientos de años de historia española, forjada por la guerra y las intrigas en una unión dinástica que sentó las bases del Estado español moderno. Esta es la historia de los Reyes Católicos de España.

El escenario para la unión de Aragón y Castilla por parte de Fernando e Isabel estaba preparado desde mucho antes de su nacimiento. Las élites aragonesas se habían cansado de ser vasallos de los intereses catalanes, y su oportunidad llegó en 1410, con la muerte del agradablemente llamado Martín el Humano en 1410. Su muerte sin herederos acabó con la Casa de Barcelona, y los poderosos aragoneses consiguieron colocar en el trono de Aragón a un príncipe castellano, Fernando de Antequera, con el apoyo entre bastidores de los castellanos expansionistas. Este acontecimiento vinculó permanentemente a los dos estados, y significó que sólo necesitaban una mezcla formal de reivindicaciones para crear una unión dinástica completa. Sin embargo, todo plan tiene sus descontentos.