Bodas entre mujeres

Matrimonio marido mujer

Fig. 1Prevalencia del matrimonio precoz en Amhara Occidental, Etiopía (Encuesta, 2017)Imagen a tamaño completoComparativamente, el matrimonio precoz era elevado entre los cristianos ortodoxos (38,8%) y los residentes rurales (40,6%). En cuanto a la escolarización, la proporción de novias infantiles aumentó de “sin escolarización formal” (48,3%) a “nivel de primaria” (52,6%), antes de disminuir en los niveles de secundaria junior (39,7%) y senior (28%). Estos resultados ponen de relieve que los residentes en zonas rurales y los cursos de primaria son puntos de entrada potentes para cualquier intervención eficaz, ya que el 53% de los alumnos de primaria y el 41% de los residentes en zonas rurales acabaron casándose antes de los 18 años.La edad de los encuestados al contraer matrimonio por primera vez oscilaba entre los 5 y los 35 años (M = 18,75; DT = 3,44); y, las edades más bajas para empezar a vivir con el cónyuge y debutar sexualmente entre los encuestados eran, respectivamente, 9 años (M = 18. 93; DT = 3,25). 93; SD = 3.25) y 10 (M = 18.80; SD = 3.11).Entre los encuestados que se dedican principalmente a la agricultura, por otra parte, el 67.1% experimentó el matrimonio precoz, lo cual no es inesperado ya que la prevalencia del matrimonio precoz es alta en las zonas rurales donde la agricultura es el principal empleador de mano de obra. Del mismo modo, el 39,3% de los que producen y venden bebidas alcohólicas locales se casaron antes de los 18 años (Fig. 2). Éstos y los resultados presentados anteriormente indican que el matrimonio precoz tiene repercusiones y asociaciones pertinentes con la educación, el desarrollo económico y el bienestar de las jóvenes.

Matrimonio entre mujeres en la India

La institución del matrimonio ha experimentado cambios significativos en las últimas décadas, ya que las mujeres han superado a los hombres en educación y aumento de ingresos. Estos avances desiguales han ido acompañados de una inversión de los roles de género tanto en las características conyugales como en los beneficios económicos del matrimonio.

Según un análisis de datos demográficos y económicos realizado por el Pew Research Center, en 2007 un mayor porcentaje de hombres, en comparación con sus homólogos de 1970, están casados con mujeres cuya educación e ingresos superan a los suyos. Una mayor proporción de mujeres están casadas con hombres con menos estudios e ingresos.

Desde una perspectiva económica, estas tendencias han contribuido a una inversión de los papeles de género en los beneficios del matrimonio. En el pasado, cuando relativamente pocas esposas trabajaban, el matrimonio mejoraba la situación económica de las mujeres más que la de los hombres. En las últimas décadas, sin embargo, las ganancias económicas asociadas al matrimonio han sido mayores para los hombres que para las mujeres.

En 2007, la mediana de los ingresos familiares de tres grupos – hombres casados, mujeres casadas y mujeres solteras – era aproximadamente un 60% superior a la de sus homólogos en 1970. Pero para un cuarto grupo, el de los hombres solteros, el aumento de la mediana real de los ingresos familiares fue menor: sólo del 16%. (Estas cifras de ingresos familiares están ajustadas al tamaño del hogar y a la inflación. Para más detalles, véase la metodología en el Apéndice B del informe completo).

Matrimonio entre mujeres

Un “matrimonio bostoniano” era, históricamente, la cohabitación de dos mujeres adineradas, independiente del apoyo financiero de un hombre. Se dice que el término se utilizaba en Nueva Inglaterra a finales del siglo XIX y principios del XX. Algunas de estas relaciones eran de naturaleza romántica y ahora podrían considerarse relaciones lésbicas; otras no lo eran.

El hecho de que existieran amistades románticas relativamente formalizadas o parejas de hecho entre mujeres es anterior al término matrimonio bostoniano, y existe un largo historial de ello en Inglaterra y otros países europeos[1]. El término matrimonio bostoniano se asoció a la novela de Henry James The Bostonians (1886), en la que se narraba una relación de convivencia de larga duración entre dos mujeres solteras, “mujeres nuevas”, aunque el propio James nunca utilizó el término. La hermana de James, Alice, mantuvo una relación de este tipo con Katherine Loring y fue una de sus fuentes para la novela[2].

Algunos ejemplos de mujeres en “matrimonios de Boston” eran bien conocidos. A finales del siglo XVIII, por ejemplo, las mujeres angloirlandesas de clase alta Eleanor Butler y Sarah Ponsonby fueron identificadas como pareja y apodadas las Damas de Llangollen. Elizabeth Mavor sugiere que la institución de las amistades románticas entre mujeres alcanzó su cenit en la Inglaterra del siglo XVIII[1]. En Estados Unidos, un ejemplo destacado es el de la novelista Sarah Orne Jewett y su compañera Annie Adams Fields, viuda del editor de The Atlantic Monthly, a finales del siglo XIX[3].

¿Puede una mujer casarse con una mujer

Hannaford deja claro que la obra no es un elogio de las mujeres que optan por no casarse. Dinah Hannaford es profesora asociada de antropología en la Universidad de Houston. Dinah Hannaford es profesora asociada de antropología en la Universidad de Houston. Hannaford utiliza la etnografía para ofrecer nuevas perspectivas sobre las condiciones, los retos y las oportunidades del siglo XXI. Titulares como “Por qué cada vez más mujeres deciden quedarse solteras”, “Las mujeres japonesas optan por no casarse por falta de libertad”, “Casi la mitad de las canadienses creen que “el matrimonio no es necesario”” o “Los chilenos se casan menos y más tarde” hacen pensar que el matrimonio está en peligro de supervivencia en todo el mundo.

Las cifras respaldan esa afirmación. En Estados Unidos, la edad media del primer matrimonio ha pasado de un mínimo en 1956 de 20,1 años para las mujeres y 22,5 años para los hombres a 27,1 años para las mujeres y 29,2 años para los hombres en 2016. La tendencia también es mundial. Actualmente, el 89% de la población mundial vive en un país con tasas de matrimonio en descenso.